SANTIAGO CAFIERO
CONDUCCIÓN POLÍTICA
Esto es lo que podríamos llamar una de las deformaciones de la conducción política: el sectarismo. Con sectarismo no hay conducción. El sectarismo es el primer enemigo de la conducción, porque la conducción es de sentido universalista, es amplia, y donde hay sectarismo se muere porque la conducción no tiene suficiente oxígeno para poder vivir. No se pueden conducir los elementos sectarios. ¿Por Que? Porque cuando llega el momento en que la conducción debe echar mano a un recurso extraordinario, el sectario dice: "No; ¡ésa es una herejía para el sectario!" Entonces, los métodos y los recursos de lucha se reducen a un sector tan pequeño que presentan una enorme debilidad frente a otros más hábiles que utilizan todos los recursos que la situación les ofrece para la conducción. Por eso el sectarismo es la tumba de la conducción en el campo político.
LA DOCTRINA
Bien; yo he querido citar estos ejemplos rápidos para dar una idea y llevar a la persuasión de la necesidad que la conducción impone de hacer evolucionar los organismos políticos para que puedan ser susceptibles de ser manejados y de ser conducidos. Es decir, llevarlos a las nuevas formas. ¿En qué consiste la nueva forma de la conducción? Hay que reemplazar el sectarismo político del siglo pasado y de esta mitad del siglo presente por una doctrina.
¿Qué diferencia hay entre la conducción gregaria o sectaria y el adoctrinamiento? La doctrina no es una regla fija para nadie. Es, en cambio, una gran orientación con principios; con principios que se cumplen siempre de distinta manera. No se está atado a nada fijo, pero si se tiene la orientación espiritual para resolverse, en todas las ocasiones, dentro de una misma dirección; pero en un inmenso campo de acción para la ejecución.
LA DOCTRINA, REMEDIO DEL SECTARISMO
Dar esa unidad de doctrina es la base para formar las nuevas agrupaciones; vale decir, para formar agrupaciones conscientes e inteligentes, dentro de una orientación unitaria. Eso es lo que la doctrina persigue; vale decir, encaminar los valores morales de los hombres y su acción intelectual y material en una dirección única.
¿Cómo realiza su marcha? Esto está librado a cada uno. ¿Cuándo la realiza? También el momento lo elige cada uno. Pero la orientación la fija la doctrina. Es la orientación y es el sentido y el sentimiento de esa masa lo que la doctrina quiere fijar y quiere establecer. En base a ese adoctrinamiento, recién puede pensarse en la conducción.