sábado, 26 de enero de 2008

Protejamos el Medio Ambiente y los Recursos Naturales

Modelo Argentino para el Proyecto Nacional año 1974

*por Juan Domingo Perón
Considero conveniente señalar algunas premisas que es preciso tener en cuenta para detener la marcha hacia un proceso que puede constituir el desastre de la humanidad.
Son necesarias y urgentes : una revolución mental en los hombres, especialmente en los dirigentes de los países altamente industrializados; una modificación de las estructuras sociales y productivas en todo el mundo, particularmente en los países de alta tecnología, donde rige la economía de mercado y el establecimiento de una convivencia biológica dentro de la humanidad y entre la humanidad y el resto de la naturaleza.
Esa revolución mental implica comprender que el hombre no puede remplazar a la naturaleza en el mantenimiento de un adecuado ciclo biológico general; que la tecnologia es un arma de doble filo, que el llamado progreso debe tener un limite y que incluso habra que renunciar a algunas de las comodidades que nos ha brindado la civilizacion , que la naturaleza debe ser restaurada en todo lo posible que los recurzos naturales resultan agotables y, por lo tanto deben ser cuidados y racionalmente utilizados por el hombre...
Finalmente, deseo hacer algunas consideraciones para nuestros países del tercer mundo: Debemos cuidar con uñas y dientes nuestros recursos naturales de la voracidad de los monopolios internacionales que los buscan para alimentar un tipo absurdo de industrialización y desarrollo en los centros de alta tecnología donde rige la economía de mercado. Ya no puede producirse un aumento en gran escala de la producción alimenticia del tercer mundo sin un desarrollo paralelo de las industrias correspondientes. Por eso cada grano de materia prima que se dejen arrebatar hoy los países del tercer mundo equivalen a quilos de alimentos que dejen de producirse mañana.
De nada vale que evitemos el éxodo de nuestros recursos naturales si seguimos aferrados a métodos de desarrollo preconizados por esos mismos monopolios que significan la negación del uso racional.